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Amig@ mí@, cuando mi voz calle, cuando mis manos no recorran alegres el teclado, entonces mi corazón seguirá hablándote y tus ojos seguirán leyéndome.

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domingo, 12 de julio de 2015

SEVILLA 1ª parte:


Ocho de la mañana y encontramos 20 grados junto al mar en Punta Umbría, nos espera un día caluroso, vamos preparados para ello con sombreros, botellas de agua,  abanicos y ropa poca y fresquita.
Sevilla la fundaron los tartesios que le dieron el nombre de “Spal o Ispal” que significa tierra llana; luego llegan los romanos y la llaman “Híspalis” latinizándola; luego llegan los árabes y de ellos deriva el actual nombre “Sevilla”.
Llegaron los visigodos y fue sede de la corte.
Los musulmanes nos dejan La Torre del Oro y la Giralda; esta última tiene una forma curiosa de subir a lo alto de la torre; va por rampas en caracol, el por qué: esta torre era un alminar y  el Muecín tenía que subir cinco veces al día a llamar a los fieles a la oración con sus gritos a viva voz, hacen la subida en forma de rampa para poder subir a caballo. En su construcción se ve claramente lo que corresponde al estilo árabe y lo añadido por los cristianos para campanario y la famosa veleta, El Giraldillo; mide 104 metros de altura. La construcción del almiar estaba rematada por cuatro bolas de bronce que desaparecen para rematarla como está hoy con la veleta El Giraldillo.



Los cristianos como tenían por norma sobre una mezquita edifican y trasforman en catedral para cristianizar los lugares de rito pagano; esta catedral está dedicada a Santa María de la Sede, pero usando primeramente la mezquita cambiando su orientación al Este como se hace en las iglesias cristianas. Más tarde derriban la mezquita por su deterioro y es cuando construyen la catedral, imponente que vemos hoy pero respetando la torre campanario, La Giralda.
El cristianismo llegó a la ciudad por el siglo III cuando fueron martirizadas las hermanas  Santas Justa y Rufina por negarse a adorar a un dios pagano; actualmente son unas de las patronas de la ciudad.
Los judíos también tienen su importancia en la cultura de Sevilla; de ellos quedó el famoso barrio de Santa Cruz, este es uno de los barrios más importantes de la ciudad, corresponde con la parte de la Judería Medieval de Sevilla. Calles estrechas, pero súper estrechas que hacen que en un día de calor se sienta una mas fresquita; lo primero que encontramos es con la plaza de la Santa Cruz, una placita cubierta de naranjos amargos que forman una sombra reparadora. Esta plaza antiguamente fue una sinagoga que con la expulsión del los judíos de España se convierte en la parroquia se la Santa Cruz que más tarde derriban los franceses para un plan de urbanización dando lugar a la actual plaza, en el barrio hay tres sinagogas.


Signo de la judería

Los Caños de Carmona, restos del acueducto que suministraba de agua al barrio, en El Callejón del agua se encuentran estos restos.

Calle Sierpes con su leyenda de las serpientes. Su nombre es por una leyenda que dice que había una serpiente en las alcantarillas: cuentan que en el siglo XV comenzaron a desaparecer niños de la ciudad, unos culpaban a los judíos, otros que eran los moros para esclavizarlos, había quien decía que eran por rencillas familiares de dos familias. Un día se presento un forastero a las autoridades diciendo que se había fugado de la cárcel por las alcantarillas y que si firmaban su indulto les revelaría la desaparición de los niños; firmaron y los llevó a la cárcel, y por el túnel que cavó les condujo a las alcantarillas y allí vieron a una serpiente grandísima con un cuchillo clavado y los restos de niños junto a ella. Esta es la leyenda de la calle resumida.
Calle de Santa Teresa por la que vas viendo ruedas de molino en su trayecto, según cuentan eran como “torna ruedas” para que las ruedas de los carruajes no dañaran las paredes, difícil lo tendrían para circular por lo estrecho de sus calles.
Pasamos por la Calle del Beso, es la calle más estrecha de Sevilla; sus vecinos pueden darse tranquilamente un beso de balcón a balcón pues apenas hay medio metro.


Plaza de los venerables, se llama así por el hospital de Venerables Sacerdotes que se encuentra en dicha plaza.
Hostería del Laurel; el escritor José Zorrilla se alojó aquí mientras escribía su obra de Don Juan Tenorio y se inspiró en los personajes que le rodeaban para traspasarlos a su obra.
El Callejón del agua, etc. etc. un sinfín de nombres de calles que recorrimos y en todos hay su rayito de leyenda.


 
Calle de la Susona; unos azulejos en el número 10 de esta calle recuerdan la leyenda de esta judía: “en estos lugares púsose la cabeza de la hermosa Susona ben Suzón quien por amor, a su padre traicionó, y por ello atormentada dispúsolo en testamento”, en el otro azulejo depositaron la cabeza de la Susona. Al parecer el padre de esta moza pertenecía a un grupo de judíos que preparaban sublevarse en el año 1481 porque querían hacerse con el poder de la ciudad. Diego Susón banquero y cabecilla tenía una hija, Susona que mantenía relaciones secretas con un cristiano y del que estaba muy enamorada, escuchó los planes de su padre y en ellos incluía el matar a su amado, no lo dudó y avisó a su amado delatando así a su padre.
El resultado fue inmediato, arrestaron a los cabecillas y los condenaron a muerte. Según cuentan la Susona se arrepintió de su comportamiento y redactó el testamento para que su calavera fuera colocada afuera de la casa donde vivió como castigo ejemplar y a petición propia y se retiró a un convento hasta su muerte.

Plaza de Doña Elvira, en esta plaza dicen que vivió Doña Inés, personaje de Don Juan Tenorio y su amor imposible. También en esta plaza están los naranjos amargos.



La historia dice que el pueblo hostigado por un personaje importante se levantó contra los judíos y los rodeó en una pequeña corrala de la que partían varias calles, cada uno optó por huir por donde pudo y los que se fueron por una de las calles murieron todos, desde ese día se llamó Calle de la Muerte hasta años más tarde que cambiaron por el de Susona por ser donde vivió esta moza. Los que optaron por marcharse por otra se salvaron y desde ese día se llama Calle de la Vida.
Saludos amig@s.

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