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Amig@ mí@, cuando mi voz calle, cuando mis manos no recorran alegres el teclado, entonces mi corazón seguirá hablándote y tus ojos seguirán leyéndome.

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sábado, 25 de febrero de 2012

LANZAROTE

Esta isla es mas árida pero también tiene su encanto, tiene los dos extremos, o no te gusta o te enamora, los parques y jardines no tienen césped pero su capa de ceniza volcánica negra está limpia y cuidada, los jardineros barren sobre la ceniza en vez de cavar, la vegetación son palmeras, cactus y aloes, dando un toque como de otra dimensión. Las casas blancas, con sus puertas y ventanas azules o verdes, sin tejados (dicen que para recoger el agua de la poca lluvia que les cae), rematadas por cúpulas de estilo árabe que llaman “cebollas” en sus chimeneas, parecen los pueblos sacados del cuento de Aladino. A los lanzaroteños se les llama “Majos”.
Tiene grandes extensiones de terreno sin cultivar ni edificar, parece baldío lleno de aulagas, (una planta que abunda en la isla) pero es reserva de la biosfera. La primera impresión es de una isla mal aprovechada pero luego le encuentras el encanto que es mucho y rayando con la fantasía.
El parque de Timanfalla o como también se le dice el de los 100 volcanes es impresionante, parece un paisaje lunar, su recorrido en guagua es que te deja meditando y observando ese inmenso mar de lava, da la sensación de que en cualquier encrucijada saldrá un hombrecillo verde y con antenas, y no es solo fantasía mía, daros cuenta que aquí se rodó el Planeta de los Simios, así que os podéis imaginar que pasada de lugar; ¿de verdad que los americanos pisaron la luna? No sé yo…. Es curiosa la variedad de lava que hay, la “Pajoe-joe” que traducido es así como “pisar descalzos”,  las cenizas y escorias llamadas “ey-ey” o “Malpais” son intransitables, el “Lapilli” también llamadas “Picón” son de color rojo y negro. Subiendo al Islote de Hilario nos hacen unas demostraciones del poder del calor que emana la tierra pues a menos de un metro de profundidad hay temperaturas de 100º, te ponen en las manos piedrecitas del suelo que son difíciles de aguantar su calor; ves como prende fuego rápido al introducir unas aulagas secas en un pequeño pozo; vierten en un tubo clavado en el suelo un cubo de agua y contando tres sale un potente surtidor de vapor; otra increíble demostración es ver cómo se asan unos suculentos pollos sobre el brocal de un pozo tan solo con el calor de la tierra. Ahora yo pregunto ¿si está esa actividad tan cerca no peligra una nueva erupción, una  hecatombe? Tengo mis reservas en ese sentido, reconozco que soy miedosa, pero el lugar me cautivó.  En el comienzo de este recorrido de los volcanes se hace un paseo en dromedario, paseo que yo no hice por temor a esos bichos tan grandes (soy una cobardica, ya lo sé) y por otro lado no me parecía romántico hacer el paseo acompañada de un saco de arena equivalente a mi peso, ¿no creéis? Estaba sin pareja, éramos tres amigas, ellas montaron yo no.
La vegetación no es mucha pero curiosa, abundan los líquenes asentados en la lava como queriendo arropar y cubrir esa tierra desértica, otra planta son los juncos, estos sí que son curiosos porque yo siempre creí que requerían mucha humedad, pues ahí están presentes y desafiantes, también hay aulagas, saladillos y últimamente se está adueñando del paraje la planta “vinagrera” que no es autóctona pero una gran tormenta hace unos años trajo sus semillas y se asentó en la isla, daros cuenta que está a unos cien kilómetros de la costa de Africa.
Los cráteres son alucinantes, los recorrimos subidos en la guagua, asomas a sus bocas y se queda una impresionada del poder y la fuerza destructiva de la naturaleza; el cráter del “manto de la Virgen”, “Montaña Roja”, “El Corazoncillo”, etc.  Después de tanta escoria se entra en el “Valle de la Tranquilidad” formado por la lluvia de cenizas, donde el viento va formando como olas sobre esas cenizas dando de verdad sensación de alivio y tranquilidad, parece que te invita a respirar profundo.
Se le denomina La Geria a la zona agrícola vitivinícola de la isla, está compuesta principalmente por viñedos que cultivan en una continua lucha con el terreno y la falta de agua; hacen pozos hasta encontrar tierra fértil, plantan las cepas y cubren con cenizas volcánicas esa tierra y hacen una pared en semicírculo alrededor de ella para que en la noche los vientos elíseos choquen y dejen humedad que la ceniza conserva durante el día; es toda una obra de pericia esta agricultura. Estas parras son una variedad que no necesitan del injerto para producir un buen vino “Malvasía” y las hay centenarias. En las bodegas La Cepa nos dieron una degustación de unos exquisitos blancos, doy fe de ello. También se cultiva la higuera, dentro de semicírculos como el viñedo, este árbol es curiosamente chaparrejo (bajito) no como los que se ven en la península. Una cosa que me llamó la atención es que junto a las cepas plantan “tuneras” (chumberas) y es que sus raíces son fuertes y rompen la tierra y así penetra mejor la humedad.
Pasamos por el pueblecito de Yaza, encantador lugar que inspiró a Figueroa para uno de sus libros; son varios los escritores que encuentran su inspiración en los parajes lanzaroteños, como José Saramago que en el pueblo de Tías tiene su casa y ahora su fundación. En este mismo pueblo de Tías Alberto Vázquez Figueroa creo su retiro de escritor y como estos mas lo hicieron.
Pero en 1730, el 18 de octubre no era tan paradisiaco este pueblo de Yaiza, ese día se abre la tierra surgiendo montañas de fuego y lava, estas erupciones se sucedieron durante seis años; da fe de lo sucedido con todo detalle el cura de este pueblo de Yaiza que aguantó sin abandonar su puesto y viendo como el rio de lava se acercaba a pocos metros de él, los habitantes abandonaron la isla y más de doce pueblos fueron arrasados, es espeluznante los relatos de este sacerdote. Este pueblo resurgió y fue premiado como el más limpio de España en varias ocasiones.
En la visita a Los Jameos del Agua, comenzamos el recorrido por “La Cueva de los Verdes”, es un túnel volcánico de 6 km. De los que recorrimos 2 km., con una bajada de 50 m. esta cueva parte del volcán “Monte de la Corona” hasta el mar, la cueva la formó un río que al solidificarse en la superficie formó este río subterráneo de lava en su camino al mar; esta cueva sirvió de refugio a los isleños  protegiéndoles de los piratas y los cazadores de esclavos, mas tarde fue refugio de los ganados de unas familias llamadas Los Verdes y de ahí su nombre. Esta cueva es fantástica en su recorrido, subes escalones, bajas, te agachas, te inclinas, solo viéndola se puede uno dar cuenta de la magnitud de su belleza;  en la mitad del recorrido hay un auditorio con una buena acústica por que el basalto de sus paredes evita el eco; también tiene su misterio, pero…. Con la mano en alto juramos no decir nada fuera de esas paredes, yo que todo lo cuento os digo que valláis, merece la pena, es sobrecogedor y … hasta ahí puedo decir (como en “un dos tres”). Por esta zona hay muchas plantas llamadas “tabaiba” es venenosa y antiguamente la usaban para pescar.
Ya en Los Jameos nos encontramos con la otra punta de la cueva antes visitada pero que en esta parte se formaron unos agujeros en el techo llamados “jameos” y de ahí su nombre y  contiene unos lagos dentro de la cueva, en uno de ellos vive un curioso cangrejo alvino, diminuto y ciego, único en el mundo y que es el símbolo de los jameos, algunos les llaman “jameitos” pero no es su verdadero nombre; aquí Cesar Manrique sí que jugó con la naturaleza sin destruirla, mas bien realzándola, es una obra la que se puede ver alucinante en su conjunto, ¿Cómo puede el hombre resaltar esas maravillas de la naturaleza sin mancillarlas? Dentro de esta cueva hay un restaurante, una piscina y un auditorio además de frondosos jardines tropicales, fuera de la cueva hay un mirador y un museo de los volcanes, esta como toda la obra de Manrique es para verla pues por mucho que una se extienda en explicaciones siempre se queda corta.
En nuestro recorrido pasamos por El Mirador del Río, sensacional, llaman el río a el estrecho que hay entre Lanzarote  y La Graciosa, este es su río como ellos dicen; La Graciosa es la isla mayor del archipiélago Chinijo (chinijo es como se les llama a los niños, o sea pequeño) está formado por La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este y Roque del Oeste. Este archipiélago es lo que se ve desde el mirador, en La Graciosa tan solo hay dos pueblos que sus calles están de arena y sin carreteras entre ellos, son, el más grande “Caleta del Sebo” y el otro “Casas de Pedro Barba”, son unos 400 habitantes y las gentes caminan descalzas por la calle; viven de la pesca y antiguamente las mujeres cargaban con los cestos  trepando por los acantilados para vender el pescado en Lanzarote, cuando antaño necesitaban la visita de un medico lo hacían saber por medio de un fuego en la playa y el médico acudía en busca del enfermo.
Su gastronomía es a base de potaje de garbanzos con “carnecabra” que es como llaman a esa carne, los pescados como los de Tenerife mas la Morena, Barracuda y Medregal; preparan mucho el “gofio” que es el cereal  bien tostado y después molido con el que hacen una especie de papillas y también unas bolas. Este gofio era la forma de almacenar el cereal cuando había abundancia y guardar para la escasez, al natural después del año salía el gorgojo y se perdía pero una vez tostado duraba más.
En los cruces y rotondas hay infinidad de esculturas todas del estilo de Manrique y son dedicadas a los vientos elíseos que son los portadores de la humedad que da vida a esta isla, todas tienen movimiento.
Una escapada a Puerto del Carmen para ver el lugar, con unas playas magnificas, de arena blanca y muy bien cuidadas; un comercio abundante y caótico con una mezcolanza de hindúes, árabes y chinos además de otras nacionalidades, impera el regateo y es difícil el que te entiendan en la mayoría de los comercios o restaurantes. Para mi gusto esta parte pierde el encanto, falta la chispa de la gente autóctona, te sientes en país extraño.
Puerto Calero es una ciudad con mas señorío, el puerto deportivo con sus yates y veleros da otra vida a la ciudad, las construcciones son también mas señoriales, se ven mansiones pero siempre en su línea de blancura inmaculada, las tiendas son de mas estilo, tiendas de lujo y los que las atienden son la mayoría nativos, gente amable.
La capital de la isla, Arrecife, ciudad blanca, de casas más bien bajas aunque ahora ya comienzan a hacer mas alturas, es una ciudad tranquila, con un paseo marítimo digno de visitar, unas playas amplias y de arena fina, pero…. Yo que soy muy romántica le vi un gran defecto; te colocas en los jardines que hay frente al intercambiador de guaguas, miras a tu izquierda para ver el castillo y… zas, la vista se da de bruces con una fea mole de cristales de no sé cuantos pisos, un hotel dicen que es, esta aberración al entorno se divisa de casi toda la isla, ¿para donde miraron los de la ley de costas? No comprendo cómo dieron de paso ESO ¡si Manrique levanta la cabeza! 
No puede una escribir sobre Lanzarote y no dedicar un espacio a la planta estrella de la isla “El Aloe”, con el elaboran infinidad de cremas y demás preparados, parece la panacea de todos los males y de verdad que es estupendo ente tema. También una referencia a “La Cochinilla” que se recoge en grandes cantidades en esas plantaciones de chumberas, es un insecto parasito que infecta las chumberas y que se recoge para elaborara colorantes rojos para cosmética y alimentación.
Por último Costa Teguise, nuestra residencia, cerca del hotel teníamos un paseo que recorría varias playas por donde paseábamos en el poco tiempo que nos quedaba, playa los charcos, la cuchara, etc. es un lugar idóneo para el relax y llenarte de mar con el sonido constante de las olas rompiendo en las rocas, ¡cuánta paz al atardecer!. No quiero dejar en el tintero que la villa de Teguise fue la primera capital de la isla, es un pueblo de interior precioso y con un mercadillo los domingos considerado el más grande de Europa, todas sus calles son mercadillo amenizado por la música de charangas paseando por ellas dándole un toque festivo y encantador.
Bueno amig@s ya no os canso mas con mis vivencias (hasta mi próximo viaje, jajaja, no tengo nada previsto), relajaros e ir a Lanzarote, el entorno tiene duende, enamora.

martes, 21 de febrero de 2012

TENERIFE

En próximas entradas colocaré fotos variadas de mi viaje, ahora solo testo que hay mucho, porque es mucho lo que quiero daros a conocer.
La isla de Tenerife en su conjunto es como un vergel, la parte norte sobre todo, en la parte sur ya se nota la proximidad con el continente africano, hay menos vegetación.
Los pueblos son todos con casitas de lo mas dos pisos y de un blanco inmaculado, con unos balcones de madera trabajada con primor o de forja igual de artísticos, las construcciones nuevas ya prescinden de este tipismo de los balcones, con flores y palmeras por todas partes, lo que se dice un vergel.
Lo que más me llamó la atención es la escasez de agua que tienen y como juegan con ella en los parques y jardines, como si fueran autenticas cascadas naturales. El agua desde siempre la recogen de los tejados cuando llueve, estos no tienen teja; para el riego de las plataneras que requieren mucha agua hacen unas perforaciones horizontales en las laderas del Teide y la almacenan en grandes depósitos en cada una de las explotaciones, el resto del agua es del mar, desalado, para el consumo el agua es embotellada.
Nuestra primera salida fue a conocer La Orotava; sus calles totalmente en cuesta y escalonadas, con unos balcones que te dejan sin habla, preciosos, todos trabajados en pino canario; dentro de una de estas casas con sus patios típicos Canarios fundada en 1632 visitamos un taller de “Calado Canario”, verdaderos primores hacían con esas privilegiadas manos las mujeres tinerfeñas. Al lado del Liceo está lo que ahora se conoce como “Los Jardines Victoria” y fue creado como mausoleo, visitamos este mausoleo que la Marquesa de la Quinta Roja, Dña. Sebastiana mandó construir a un arquitecto francés, Adolph, para enterrar a su hijo D. Diego, este al ser Masón la iglesia no consintió en darle sepultura en el panteón familiar ni en tierra sagrada, tampoco en el mausoleo, así que lo sepultaron en una fosa común, su madre recurrió hasta al papa y logro pasarlo al panteón de familia y el mausoleo quedó como un monumento a la intolerancia del siglo XIX.
Hay una costumbre en la octava del Corpus Cristi en La Orotava y es confeccionar una gigantesca alfombra en la plaza del ayuntamiento hecha con arenas de las cañadas del Teide, todas ellas con sus colores y tonos naturales, necesitando unos 2000 kg. De ese material volcánico. El comienzo de esta costumbre data del 1847, una ilustre señora, Dña. Leonor del Castillo, hace una alfombra de flores en la puerta de su casa para la procesión del Corpus y después la siguen otras ilustres gentes, pasando ya en el siglo XX a hacerse en el ayuntamiento también, siendo esta la de más renombre.
La Orotava está llena de grandes casonas de gentes ilustres, como la casa de Zerolo, la casa Machado, o la casa Llarena entre otras, la Orotava tiene mucha historia en sus calles.
Pueblo Chico es otro de los bonitos lugares que visitamos; está hecho a escala de 1,20, es un autentico mundo en miniatura y en él se representan casi todos los edificios emblemáticos y monumentos de la isla, así como la vida y costumbres de las demás islas del archipiélago, tiene movimiento y sonido, !!Es una pasada¡¡
Saliendo de Pueblo Chico hay una curiosa escultura, consiste en una enorme mano en la que se pueden ver infinidad de huellas de pequeñas manos posadas sobre la grande, el monumento en si no guarda gran importancia, la importancia la tiene la historia que representa: Como en todos los pueblos de España antaño había una señora que era la partera y traía al mundo los niños del lugar, esta señora Doña. Conchita así lo hizo y uno de esos niños movilizó a todos e hicieron este monumento, todos los años se van reuniendo estos que un día llegaron al mundo en las manos de Conchita, ahora siguen reuniéndose también los descendientes de aquellos niños cada año.
No podía faltar la visita al papá Teide como allí le llaman, es una visita impresionante y muy aireada por los vientos que corren, te ves sobre un mar de nubes, es como un paseo por las nubes, ¡precioso! Con los roques de García y la consiguiente foto a la roca de las antiguas 1000 pts. también llamado “roque cinchado” o “árbol de piedra”, la extensa lava volcánica la llaman “malpaís”, a uno de estos roques le llaman equivocadamente “el dedo de dios” y no es cierto por que este estaba en la isla de Gran Canaria. No hay mucha vegetación arriba en las cañadas del Teide, destacan los “tajinastes rojos” que florece cada dos años, la hierva pajonera, la violeta del Teide o la retama del Teide. En las Cañadas del Teide se rodó “Furia de Titanes”.
En todo lo largo del trayecto hay unos miradores como el de “Izaña” o “el mirador de la tarta”, desde los que se divisa una panorámica espectacular.
El Loro Parque está en el Puerto de la Cruz y es un zoo y jardín tropical con una impresionante colección de orquídeas, este parque es de propiedad privada y tiene unos 135.000 m², creado por el alemán Wolfgang asesorado por su padre, el hijo quería formar un zoo y el padre le aconsejo que lo formara con aves, que eran más pequeñas y comían menos, hay una colección de loros maravillosa además de otros animales así como el acuario, es un sitio que no hay que dejar de ver. Mi impresión es que el paraíso terrenal tenía que ser como este parque, ¡precioso!
Los lagos Martianez en El Puerto de la Cruz es un enorme parque acuático donde filtran el agua del mar en distintos lagos y cascadas, infinidad de jardines y zonas donde tomar el sol. Como no podría ser de otra manera es obra de Cesar Manrique y es una bonita trasformación humana de la naturaleza conservando su apariencia natural. Estos lagos son ideales para pasar el día entre agua y naturaleza sin los inconvenientes del oleaje del mar y disfrutando de sus aguas.
Una curiosa historia del Puerto de la Cruz es, que hasta el año pasado en que murió un sacerdote, el padre Antonio vendía trocitos de cielo con su certificado de propiedad, lo recaudado en esas ventas se destinaba a fundar dos centros de mayores en la ciudad llamados Santa Rita I y II, también se dedica lo recaudado a la investigación del Alzheimer;  curiosa iniciativa la de este hombre, una pena su desaparición.
Otro lugar con encanto es El Sauzal, es un bonito municipio encaramado sobre un acantilado,  el más alto de la isla, el del Sauzal y Tacoronte, con unas vistas preciosas y unos jardines muy cuidados como el parque de los lavaderos, también tiene un museo del vino y es un pueblo todo él en cuesta, como todos los de la isla pero precioso.
No puede haber un viaje mío sin tocar la gastronomía porque es una parte importante de la cultura del lugar, allá donde yo voy pregunto por ella porque dice el refrán: “dime lo que comes y te diré quién eres”; en Tenerife como en el resto de islas el plato estrella son las papas, los mojos muy variados y sabrosones como sus gentes y una variedad de pescados como son “la vieja, el bocinegro o la sama”, además de otros que se conocen en la península, en cuanto a carnes el conejo y el cerdo; otros platos típicos son “el sancocho”, “puchero de garbanzos”, “el gofio” y los quesos frescos, también se pueden degustar una variedad de vinos con denominación de origen.
Esto es a grandes rasgos lo que vi en una semana; se que queda mucho por ver pero será para un próximo viaje, espero que con este relato os animéis a cruzar el charco, merece la pena. Las gentes de la isla son un encanto, si les preguntas algo encuentras en ellos a un experto guía que te orienta con la sonrisa puesta.
Un cariñoso saludo amig@s del blog

miércoles, 15 de febrero de 2012

VIAJE A TENERIFE

Hola amig@s del blog; después de quince días ausente de este mundo blogueril retomo los mandos y paso a relataros mis andanzas.
Comenzaré por contaros que este fue mi primer viaje con “Mundo Sénior”, mi primera vez que subo a un avión y mi primer cumpleaños fuera de casa. Reúno en esta experiencia varias primera vez.
Para montar en avión tenía (y tengo) un miedo considerable y atroz; nos recogieron en Palencia y en un autobús y nos llevaron a Villa Nubla en Valladolid. En cuanto vi el dibujo de un avión que indicaba la proximidad del aeropuerto mi estomago brincó y se encogió; cuando vi semejante vicho en la pista ya no sé ni lo que sentí, ¡pavor, miedo…¡ esa cosa tan grande tenía que volar con migo dentro; cuando subía por la escalerilla las rodillas me flojeaban y me cogí fuerte a la barandilla pensando (a ver si no vas a ser tan valiente como tus padres) y ya ni os cuento lo que sentí cuando retiraron la escalerilla, me entraron todos los males, ya no había vuelta atrás, sudaba por todos los poros de mi cuerpo.
Después el viaje reconozco que transcurrió bien, pero ahora comprendo al Papa cuando besa el suelo al descender del avión, yo pasé ganas de hacerlo también.
Dice el refrán castellano que “al que no quiere caldo se le dan tres tazas”, eso me pasó a mí, como tengo miedo al avión… tres vuelos en quince días (el miedo no me abandonó).
Después de todos los miedos lo pasé muy bien, fueron experiencias nuevas, lugares diferentes y conocí gentes nuevas con las que conviví con ilusión, haciendo entre varios como una piña y logrando que naciera una bonita amistad que espero y deseo que sea duradera.
Queridos amig@s, voy a poner en orden mis anotaciones y en próximas entradas os relato mi viaje como es mi costumbre y que es el fin por el que cree este blog.
Os mando un cariñoso saludo y hasta pronto.