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Al entrar en Santander recogimos a Rosana, guía local que
nos va enumerando todo lo importante por donde vamos pasando por la ciudad.
Pasamos por los “raqueritos” (ya mencionados).
El edificio “Siboney” es muy llamativo, está situado en
Puertochico y fue diseñado en 1931 por un arquitecto canario; semeja un gran
barco.
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La escuela de vela “Príncipe Felipe”; también el Palacio de Festivales, construido
en 1991 y sus materiales, mármol y cobre, situado frente a la bahía de
Santander. Parece una construcción de “Lego” o un perrito patas arriba como se
le conoce familiar mente.
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La cuesta del Gas; debe su nombre a la fábrica de gas que en
1853 hubo en ese lugar que no es que le diera su nombre sino que le quedó como
apodo.
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Avenida Reina Victoria; es la calle que une la península de
la Madalena con la ciudad de Santander, con unos edificios de lujo, quizás la
calle más cara de España. Son casas grandes rodeadas de grandes jardines y pertenecen
a familias de gran renombre entre ellas la familia Botín no podía faltar y a familias
herederas de indianos adinerados; son de estilo regionalista montañés que era
la moda de la época.
Las playas; La playa del Camello; playa de los Biquinis, a
esta playa en los años 50 le dio el nombre las extranjeras que venían a los
cursos de verano del palacio de la Madalena luciendo esta prenda y los varones
admirando tal atrevimiento, la Concha o Conchita; el sardinero; La Caracola;
Piquio.
Frente a la Madalena está el islote o isla de Mouro con el
faro, en los grandes temporales las olas saltan por encima de la isla y del
faro.
El palacio de la Madalena se mando construir entre 1908 y
1912 con planos de Bringas y Riancho, dos arquitectos santanderinos; se hizo
por suscripción popular y como regalo a los reyes Alfonso XIII y Victoria
Eugenia para su residencia de verano y que le recordara a la Reina su Escocia
natal; esta le llamaba “su casuca”. Son 1500 metros cuadrados por planta y
costó un millón de pesetas. La familia real disfrutó de él de 1913 a 1930.
En 1977 Santander da al padre de Don Juan Carlos que era
oficialmente propietario del palacio la cantidad de 150 millones de pesetas y
pasa a propiedad de Santander que lo dedica a congresos, convenciones y cursos
de verano.
Visitamos el salón de la entrada con bargueños del siglo XVI
y una gran escalinata para acceder al piso de arriba.
Sala de descanso con
un mueble donado por Madrazo y el busto des Rey Alfonso XIII.
Salón de familia con el piano y el cheslón en el que solía dormir
la siesta la Reina.
El comedor de gala con una mesa de 11 metros de larga.
El salón de baile con el busto de alabastro la Reina Victoria
Eugenia
En un mueble vitrina frente al salón de familia está el mantón
de manila de “La Chata” como se la conocía a la Infanta Isabel; tiene un valor
incalculable tanto por la sede como por los bordados.
Hay cuadros que representan distintos barcos por la afición del
rey a el mar; puso un curioso nombre a uno de sus barcos “faescuntucin”
descifrado es: Fabes con Tocino, plato que le gustaba mucho.
Ya en la primera planta el oratorio del siglo XVIII. Y una
de las 60 habitaciones que tiene el palacio.
No faltó en esta visita ni la presentación del fantasma del
palacio, fue completa y maravillosa. Corto este viaje para una próxima entrada.
Saludos.
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