Al lado de la ermita de la Virgen de Valvanuz está la casa
de la beata; debe su nombre al ser la residencia en otros tiempos de la
encargada de custodiar la ermita, en 1990 se reconstruyo como casa museo donde
se encuentra un cuadro de Goya y también alberga la exposición y museo de las
“Amas de Cría Pasiegas” con varios trajes o uniformes con los que las vestían, las diferentes joyas también de su atuendo, y
el valor de estas varía según era la familia con la que trabajaban; cuidaban
mucho la imagen del ama de cría sobre todo en las casas de alcurnia. Hay
grandes cuadros con las fotos de 300 de esas mujeres pasiegas que datan desde
1880 a 1936; en uno de estos cuadros están las que su destino fue la nobleza y
junto a sus nombres figura el de la familia con la que se van.
También se exponen documentos que acreditan como los médicos
reales llegaban a Celaya para reconocer a las aspirantes y también a sus
familias, las escogían por su robustez y su gran fuerza. La limpieza de sangre
era una de los requisitos mas exigidos a las nodrizas, es decir que no se
encontrara entre sus antepasados ningún judío ni árabe ni morisco; deberían
tener entre 19 y 26 años; ser el segundo o tercer hijo; que su marido esté
cultivando el campo; buena conducta moralc.
Entre las más destacadas están María Gómez, ama de cría de
Alfonso XII; Maximina Pedraja, de Alfonso XIII; Constantina Cañizo, de Don
Juan, conde de Barcelona; o Francisca Ramón, ama de cría de Isabel II.
Hay un lujoso cochecito que posiblemente fuera del bebé de
la nobleza y también un cuévano que era donde se trasportaba al bebé pasiego.
Nos pasaron un video que a mí me dejo con un nudo en la
garganta; relataba la vida de estas mujeres que al dar a luz se veían con una
fuente de ingresos para la maltrecha economía familiar y era su leche. Dejaban
a sus hijos recién nacidos al cargo del marido y el pequeño bebé se veía
alejado de la leche de su madre y si alguna vecina o familiar se encargaba de
amamantarlo bien, sino ya sabían, la leche de las vacas era su sustento en la
mayoría de los casos y eso si las vacas traían leche que también eran escasas
en leche las de la raza pasiega; la leche de la vaca saciaba sus necesidades
mientras que la leche y el cariño que a él le correspondía se lo daban al hijo
de una madre que no podía amamantarle o en la mayoría de los casos no quería
para no dedicarle su tiempo y perder su vida social o no perder la figura.
Las familias de la nobleza o las adineradas siempre
contrataban dos nodrizas por si alguna enfermaba tener a sus hijos siempre bien
atendidos; en estos casos una era la nodriza principal y la otra la “reten”,
cuando esto sucedía podían traer con ellas a sus hijos y la reten los
amamantaba mientras la principal criaba
al señorito.
Esta crianza solía abarcar unos cuatro años, después de los
cuales la mujer regresaba al valle con unos dineros que sacaban adelante a su
familia pero que para su hijo era una desconocida, incluso a ella le tiraba más
el cariño para ese niño que había criado y no el suyo. En muchos casos y cuando
el que criaban era de la nobleza regresaban a casa también con grandes
privilegios como era el caso de las que amamantaron a la realeza.
Había nodrizas de muchos lugares de España pero las pasiegas
gozaban de un gran renombre.
Después de esta visita que nos dejó tristes al intentar
ponernos en la piel de esas madres nos endulzaron la tarde con la visita al
obrador de “Joselin” donde degustamos
sus riquísimos productos.
Esta es una fabrica diríamos casi familiar, donde trabajan
14 personas, 13 son mujeres y un hombre. Lograron que sus productos sean
reconocidos a nivel Europeo y con denominación de origen por su calidad y
sabores, por el empeño que ponen para que una comarca con pocas posibilidades
para evolucionar logre unos productos tan auténticos por su principal materia
prima, la mantequilla.
Saludos amig@s y hasta mi próxima entrada.
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