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Amig@ mí@, cuando mi voz calle, cuando mis manos no recorran alegres el teclado, entonces mi corazón seguirá hablándote y tus ojos seguirán leyéndome.

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sábado, 22 de octubre de 2011

Mes de Octubre


Cuando una comienza a ver cambiar de color  los árboles y  va observando cómo sus hojas van cayendo como el aviso de un cierto final, cuando ya hay que entrar en los armarios en busca del abrigo olvidado después de tantos y tantos días de calor, cuando con una mirada al calendario ve que llegó octubre, es cuando acuden tantas cosas bonitas que se realizaban en este mes en Burón y que ya están tan solo en el recuerdo de todos cuantos las vivimos.
En el mes de octubre, la naturaleza nos avisa que se duerme dejándonos recuerdos del otoño…. Ese mes en mi pueblo era de recogimiento, de quietud y silencio, nos habla de la presencia misteriosa y creadora de Dios, nos invitaba a ensalzar el recuerdo de María en su advocación del Rosario, y cada domingo en la tarde salíamos pisando por esa  alfombra de contrastes de colores, rojos, ocres, amarillos y verdes desgranando las Ave Marías del Santo Rosario cantado, mientras tanto las hojas de los chopos de la carretera caían sobre nosotros como lluvia de colores dejando nuestras almas lavadas y desnudas de agobios pues es tiempo de calma, como las ramas de los arboles   van luciendo su desnudez otoñal.
En procesión encabezada por el pendón, seguido de los estandartes, las andas con la Virgen del Rosario a hombros de las gentes,  recorríamos un buen tramo de carretera hasta llegar a La Sota por donde se hacia un recorrido por sus prados, siempre con la musiquilla repetitiva del Ave María, se cantaban los misterios glorioso en el largo recorrido de regreso a la Iglesia, cada domingo el mismo camino como queriendo encontrar algún día un camino de serena quietud.
Muchos recuerdos trae para los buroneses este mes de octubre, no exentos de notas graciosas como la de un vecino que no fue al rosario por apañar un prado de otoño (estaba muy mal visto el trabajar el domingo) y precisamente en la Sota, el que portaba el pendón lo vio esconderse tras el montón de otoño y dirigió la procesión alrededor de dicho montón, el buen señor lo fue rodeando  pero al fin fue pillado infraganti.
Todo esto ya cambió; se que las circunstancias y los motivos cambian, cuando uno se quiere dar cuenta ya no queda nada de aquella costumbre de nuestra juventud, ¿cambian las personas? Creo que lo que cambian son sus ideas, sus pensamientos están condicionados, las influencias  les tiene captados, la propaganda, las prisas, los miedos, en fin todo ello se resume en un desarraigo de las costumbres, y los que las recordamos nos queda el deber de darlas a conocer.
Queridos amigos, no quería que finalizara este mes sin dedicarle un pequeño recuerdo, ¿vosotros tenéis recuerdos de estos? Si los teneis conservarlos y dedicarles un tiempo porque sino esto se queda escondido en los pliegues de vuestra memoria y es bonito compartirlo.

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