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domingo, 12 de junio de 2011

PEÑA DE FRANCIA II

En 1424 una moza del lugar, profetisa y santa llamada Juana “la moza santa de Sequeros”, profetizó el milagroso hallazgo de la Virgen de la Peña de Francia, se encuentra enterrada en el camerin de este templo. En la grieta donde fue hallada la Virgen hay junto a la escultura de esta Virgen también la de Simón Vela y la moza de Sequeros, ahora es una pequeña cripta a la que se baja por una estrecha escalera.
La zona de la peña de Francia fue frontera entre la España cristiana y la de los moros. Debido a esta proximidad y las incursiones de estos, los lugareños decidieron esconder las imágenes de las iglesias para preservarlas del saqueo y profanación de las hordas moras, y lo hacen en las grietas entre las rocas de dicha peña. Como estas continuas peleas las sufrieron durante varios años este escondite se olvidó y dos siglos después un joven estudiante francés, gran devoto de la virgen llamado Simón Rolan, apodado “Simon Vela” por lo que le decía la Virgen en sueños: “Simon, vela y no duermas, partirás a la Peña de Francia, que se encuentra en tierras de occidente, y buscarás en ella una imagen semejante a mi, la encontraras en una gruta, y allá se te dirá lo que has de hacer”.
Estos sueños son los que se le repetían una y otra vez, en los que la virgen le sigue pidiendo que la rescate de entre las rocas de la peña de Francia; el hombre dispuesto a cumplir con la revelación recorre el país vecino en busca de dicha peña, cinco años estuvo buscando inútilmente por Francia.
Pasa el tiempo y al no encontrar nada decide venir a España en compañía de unos peregrinos que hacían el camino de Santiago y ante el santo se postra pidiendo ayuda. De regreso a Francia se desvía del camino y aparece en Salamanca, ciudad con muchos estudiantes y comienza a preguntar, seis meses está por la ciudad sin que nadie le de razón del lugar que buscaba, un día de mercado en la plaza del Corrillo  llego a sus oídos el pregón de una mujer ofreciendo carbón vegetal hecho al pie de la Peña de Francia, otro día escucho a dos feriantes discutir y mencionar La Peña de Francia, quiso conocer mas y les preguntó por el lugar que estaba buscando desde hacia años pero estos se negaron a darle información, ante esta negativa decide seguirles sin ser visto y así es como llegó a San Martín del Castañar y de allí al lugar revelado por la Virgen.
Se aloja en las cuevas de la cima y recorre estas cuevas palmo a palmo sin encontrar nada; un día en que descargaba una gran tormenta un rayo calló sobre una roca desplazándola, Simón se acercó a la roca y vio en el fondo de una gran grieta una luz y a la imagen tan buscada.
Como el solo no podía rescatarla tuvo que bajar a San Martín, pueblo vecino en busca de ayuda, le acompañaron cuatro hombres, uno de ellos escribano para dar fe del hallazgo. La historia ha conservado el nombre de los cuatro vecinos: Pascual Sánchez, Juan Hernández, Benito Sánchez el escribano que dio testimonio fehaciente y Antón Fernández. Era el miércoles 19 de mayo de 1434, reinaba en Castilla don Juan II y era pontífice de Roma Eugenio IV. Entre los hombres del rescate se reconocen varios milagros y se corre la voz por los alrededores.
Simón se consagra a la veneración de la Virgen y construye con el donativo y la ayuda de los fieles una pequeña ermita sobre la cripta en el sitio exacto donde fue hallada la imagen.
Años más tarde se construye una iglesia de estilo románico, y pasando el tiempo, en el siglo XV los Dominicos la amplían y construyen una hospedería para acoger a los numerosos peregrinos que pasan por allí.
El rey Juan II también fue uno de los peregrinos que acudieron  a venerar a la Virgen de la Peña, da fe de ello unos relieves que hay a los lados de la iglesia en los que se expresan estas historias.
En 1521 el emperador D. Carlos V y su madre Dña. Juana conceden al santuario de La Virgen de la Peña una cédula de privilegio  permitiendo poner “Rollo” y “picota”, este rollo está hoy en la plaza detrás de la basílica, en una de sus cuatro caras tiene un hombre preso de pies y cuello para simbolizar el poder judicial de La Peña.
Entre 1808-10 la iglesia fue saqueada por Napoleón en su invasión a España. La desamortización de Mendizabal también espolio todo cuanto tenia de propiedades la Virgen de la Peña; pero la fe que por esta imagen hay hace resurgir de nuevo el lugar.
La imagen que hoy se venera no es la original, por que después de los avatares que sufrió se deterioró la primitiva imagen, se hizo una idéntica pero con la particularidad de que el pecho de esta es una urna de cristal en la que reposan los restos deteriorados de la antigua imagen cubiertos por las ropas que viste esta Virgen.
En 1608 se crea un decreto por el cual se le otorga el poder pedir limosna al templo de la Virgen de la Peña en las Indias y Portugal. Se consideró a esta Virgen protectora de Portugal, así como en América que se le profesa una gran devoción.
Bueno amigos, os mando un saludo y proximamente seguiré con mis relatos.

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