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viernes, 24 de abril de 2015

Valldemossa – Miramar – La Granja de Esporles


16 – 4 – 2015:
Salida a Valldemossa con el conductor Fernando y el guía Raúl que se encargan de hacernos el viaje más ameno, dándonos infinidad de detalles del camino que recorremos y que tiene su encanto y su historia.
En Valldemosa es donde se retiró a curar su enfermedad de Fibrosis Quística Chopin (aunque siempre se dijo que lo que padecía era tuberculosis pero análisis posteriores desmienten ese diagnostico inicial).
Valldemossa tiene unos 2.000 habitantes y está a 430 m. sobre el nivel del mar. Para llegar a esta Real Cartuja nos adentramos por un valle estrecho situado dentro de la sierra de Tramontana llamado valle de Muzza, llamado así por el rey de los árabes que habitaron en esta zona; es patrimonio de la humanidad.
Los cultivos que se hacen por el valle están organizados en bancales escalonados, retenida la tierra por muros de piedra seca para así aprovechar el terreno. Se cultivan olivos, almendros, naranjos y cereales entre los árboles; también quedan restos de acequias árabes con las que regaban y siguen regando.


El pueblo de Valldemossa está en una ladera y está construido totalmente de piedra incluso sus calles y aceras, en todas las puertas de las casas de este pueblo hay un azulejo con la imagen la santa nacida en el lugar y la plegaria “Ruega por nosotros”, Santa Catalina Thomás; religiosa agustina nacida en Valldemossa (Mallorca), en la calle Rectoría, frente a la iglesia parroquial, el 1 de mayo de 1531. Huérfana de padre y madre desde su tierna edad, hubo de recogerse en casa de sus tíos, quienes con su áspero trato ejercitaron su paciencia y humildad, y que tan sublimes ejemplos mostró durante su vida.



En los jardines del pueblo hay unos árboles llamados Cinamomos “Melias” sus frutos de color amarillo, que se encuentran agrupadas en racimos. Pueden verse durante todo el invierno en el árbol, aún cuando éste no tiene hojas. Los frutos son venenosos para las personas y algunos animales, excepto para las aves pero las mujeres del pueblo las usaban para pulir y dar brillo a los muebles.

Dentro de la gastronomía lo más típico de este pueblo es la coca de patata, se come con chocolate y dicen que es deliciosa.

Paseando sus calles nos encontramos con un nombre curioso, C/ Uruguay, esta es porque muchos de los hijos del pueblo cuando el bum de hacer las Américas se fue a ese país, hicieron sus fortunas y regresaron construyendo unas casas impresionantes.



El pueblo está rodeado de olivos milenarios o como la escritora amante de Chopin les decía “olivos atormentados” por los caprichos de sus viejos troncos retorcidos.



La Cartuja; el origen del conjunto se remonta al tiempo del rey Jaime II de Mallorca, quien escogió este excepcional lugar de la sierra de Tramontana, para edificar un palacio para su hijo Sancho, para curar su padecimiento de asma que tenía desde niño, una parte es conocida como el "Palacio del rey Sancho". En el año 1399 cedió todas las posesiones reales de Valldemossa a los frailes cartujos. Estos fundaron la Cartuja y la fueron ampliando año tras año y la habitaron hasta 1835, cuando pasó a manos privadas por la desamortización de Mendizábal; en esa fecha quedaba un campanario sin rematar y así sigue. Cuando expulsaron a los monjes había más de cuarenta miembros en la comunidad; solo permitieron que se quedaría el boticario obligándole a prescindir del habito de sayal propio de los monjes, esto lo deciden por el bien que la botica estaba haciendo en toda la comarca.



Comenzamos la visita por la iglesia, dedicada a la Virgen de la Piedad, edificio de estilo neoclásico decorado por grandes artistas y artesanos de la época como Manuel Valleu que realizó las pinturas del techo representando diferentes momentos de la vida de la Virgen, también está representado San Bruno, fundador de los Cartujos, se empezó a construir en 1751 sobre la iglesia primitiva erigida en 1446. El conjunto cuenta con un claustro.
Una de las salas está dedicada a la botica; es la segunda de España (la primera está en Llivia) los monjes usaban plantas que cultivaban, elaboraban y mezclaban según criterio del boticario, esta fama fue la que hizo llegar a Chopin a estos lugares para aliviar su enfermedad.



La celda prioral consta de tres salas; capilla privada donde hacia oración el prior, otra era la biblioteca donde figura un documento oficial curioso, avisando de excomunión a quien robe un libro y la tercera era el dormitorio; a estas tres salas hay que sumar un huerto, cada celda tenía el suyo donde cada monje cultivaba verduras o plantas medicinales y ocupaba su tiempo sin tener comunicación con los demás monjes.

 

La celda tiene un camastro con un jergón de paja; en las paredes tiene el flagelo o cilicio y el rosario  que era pieza fundamental en sus vidas y oraciones.


En el invierno de 1838-1839, el compositor Frédéric Chopin, su pareja de entonces, la escritora George Sand, y los dos hijos pequeños de ésta se establecieron temporalmente en la isla de Mallorca. Se instalaron en la Cartuja de Valldemossa, tres años después de que la Cartuja pasara a manos privadas. Ocupó tres celdas que decoró con la bandera de Polonia, un mechón de su pelo, partituras y el piano que mandó traer desde Polonia, donde Chopin compuso algunas de sus piezas para piano más famosas.

 
La amante de Chopin no gozó de buenas simpatías con las gentes del lugar por varios motivos; era una mujer separada, con hijos y no estaba casada con Chopin, por sus formas de comportarse y vestir, usaba pantalones, fumaba y era mujer y escritora, cosa muy mal vista en aquellos tiempos por eso usaba un seudónimo masculino para firmar sus libros. Así lo cuenta en su libro “Un invierno en Mallorca”.
Se celebran conciertos de Chopin cada año y nosotros tuvimos la suerte de asistir a un pequeño concierto de su música en la capilla convertida hoy en auditorio.

El primitivo palacio del Rey Sancho y del que luego partieron las ampliaciones de los monjes estaba distribuido en torno a un patio. Al norte, la sala regia, decorada con relieves de ciervos, comunicaba con la planta baja de una torre donde el rey tenía su habitación. Al sur una gran cocina y el almacén. Se entraba por un portal de piedra viva y una escalera de caracol conducía al primer piso.
 

 
Al oeste, las dependencias de la reina. Un detalle curioso que no quiero pasar por alto es un bargueño, en su parte central tiene una puertecita o secreter; cuentan que este bargueño está en los aposentos de las damas de alcurnia, en este caso la reina y según dejara esta puertecita decía al marido si esa noche quería compañía y favores, puertecita abierta, el marido podía pasar la noche con su señora; puertecita cerrada, otra noche será.
 
 
De la Cartuja hay mucho mas para contar porque es tanto lo que hay que ver y tantas las notas que tome….. pero no quiero cansaros.
La Cartuja en la actualidad tiene catorce propietarios, se dividen la propiedad por celdas pero todo está unido como si de un solo propietario sería.
Esta salida es tan fructífera en cuanto a historia que voy a hacer un alto y mostrárosla en dos partes. Saludos
 

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