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Amig@ mí@, cuando mi voz calle, cuando mis manos no recorran alegres el teclado, entonces mi corazón seguirá hablándote y tus ojos seguirán leyéndome.

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viernes, 8 de marzo de 2013

DIA DE LA MUJER TRABAJADORA

 

Con esta rosa que nos manda el blog de “Costura con café” quiero comenzar esta entrada.

 



Si amigas, tenemos que felicitarnos en este día que la sociedad nos dedica, sin ánimo de ofender a nadie, ya era hora de que se reconociera nuestro trabajo y entrega en el ámbito familiar y laboral. En el ámbito familiar somos unas pluriempleadas natas, nuestra jornada nunca termina con las ocho horas estipuladas, siempre continúa de sol a sol, las 24 horas del día; tenemos que ejercer de sumisas confidentes de nuestros maridos cuando llegan estresados de sus quehaceres, hacer que se sientan cómodos en el hogar, ¿y quién será nuestro confidente de los agobios del día de continuo trabajo? La labor de la mujer siempre es considerada de segundo orden e importancia.
Recordemos a esas mujeres (que las hay y muchas) que acuden a los trabajos del campo como agricultoras y que después de ello tiene que preparar la comida familiar además de otros quehaceres, mientras sus cónyuges descansan plácidamente en el sofá y en el peor de los casos reclamando para sí una atención rápida. La culpa de que sea imprescindible en casa es sólo nuestra y de la educación que nos dieron. Ya sé que el comportamiento que tenemos no es más que un dejarse llevar por la rutina. Seguiremos poniéndoos todo al alcance de la mano, jugando nuestro papel de omnipresentes para que nos queráis más porque así es como nos educaron.
Recordemos a esas mujeres que aun están bajo la opresión del dueño o señor que es su marido y viven un infierno de alejamiento de la sociedad y el modernismo, las que tan solo son consideradas como vientre de alquiler para la proliferación de la especie y a su vez para goce del dueño, esas que siguen escondiendo sus caras a las miradas del mundo.
Recordemos principalmente a las víctimas de la violencia de género, “la maté porque era mía”, si amigas, somos consideradas de su propiedad y se creen en el derecho de hacer lo que les plazca con nuestras vidas; elevemos una oración hoy por ellas, esas que bien podríamos considerar mártires.
El 8 de marzo se fija en los calendarios como el día de la mujer trabajadora a raíz de un hecho trágico conocido por todos: la muerte de un grupo de mujeres trabajadoras en una fábrica de camisas a causa de un incendio provocado por el dueño de la misma como respuesta a las protestas de las trabajadoras, que no eran otras que un salario y unas condiciones laborales justas. Otro que se consideraba dueño y señor, ¡qué pena!.
La mejor mujer del mundo es una que a pesar de los problemas no se deja vencer por la decepción, arranca el dolor de su corazón y empieza de nuevo; pone buena cara a la adversidad y hace que a su alrededor se respire paz y amor y ese es el prototipo de la mujer en general.
Queremos servicios de atención a la infancia y a las personas dependientes para que esto no se cargue sobre nuestras espaldas, tenemos que ser madres, profesoras, enfermeras, sicólogas y compañeras de juegos, todo en uno, “tenemos que ser madres porque eso se espera de nosotras” y en la mayoría de los casos sin un apoyo de la ley y lo peor sin el apoyo en nuestro entorno por que se da por sentado que es nuestra obligación como mujer.
Queremos que no nos maten a palos como está sucediendo, que no nos discriminen en lo laboral por nuestra condición de mujeres, que no utilicen nuestro cuerpo como reclamo publicitario ¿Por qué la mujer tiene que representar y estar en un escaparate para vender un producto?.
Queremos que nos nombren para los puestos que estemos preparadas sin distinción de cargos ni salarios. Existir en los papeles no solo en las crónicas funestas de maltratos y demás vejaciones.
Queremos que nuestra voz cuente, se escuche y tenga la misma autoridad que la que tiene la de los hombres.
El trabajo fuera del hogar ha sido, en el último siglo, la gran conquista de la mujer. En dos generaciones ha cambiado, tras muchos años de historia, y ya no llevamos el papel de nuestras abuelas. Las mujeres siempre han trabajado, ya sea educando a sus hijos, cuidando de su familia u organizando el hogar en jornadas interminables. Desde hace tiempo, además, han salido de casa, ganando en independencia y libertad, y reparten sus energías en actividades remuneradas fuera del ámbito doméstico. El trabajo es saludable para la mujer igual que lo es para el hombre y  otorga la independencia económica. Pero sigue siendo la encargada de llevar el timón de la familia de puertas adentro, si que ya van cambiando algo las cosas y los hombres van ya participando algo en esa labor.
Hoy es 8 de marzo y se celebra el Día de la mujer trabajadora. Por eso traigo hoy también el tema de la mujer en la Iglesia católica porque, al parecer, según las malas (nunca mejor dicho) lenguas, está mal considerada, o mejor, nada considerada cuando la mujer también trabaja en la viña del Señor aunque, eso es cierto, de una manera muy distinta como algunos o algunas querrían que trabajara. ¿Qué sería de nuestra religión sin la existencia de María? Fue una mujer la que cobijó en su cuerpo al hijo de Dios.
En el Discurso que Benedicto XVI pronunció en Luanda (Angola) relativo a la “promoción de la mujer”, atendió a la importancia que las hijas de Eva tienen en el mundo de hoy, así, dijo que: “la historia habla casi exclusivamente de las conquistas del hombre, cuando, en realidad, una parte importantísima se debe a la acción determinante, perseverante y beneficiosa de las mujeres”.
Dice el refrán “Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer” pero siempre detrás, ¡cuando llegará la hora de caminar parejos por la vida!
Saludos amigas, y a celebrar nuestro día con una cena coloquio como yo lo pienso hacer.
Besotes.


 

1 comentario:

  1. Hola Mirva ,coincido con lo expuesto por ti en ésta entrada !
    Feliz dia tambien para tí!!
    Un beso ,grande y hasta pronto.

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