PASÓ LA NAVIDAD

Queridos amigos del blog; las fiestas navideñas tocaron a su fin, ahora nos quedan recobrar el orden en las casas, recoger el Belén y el árbol, recobrar la figura que con tanto turrón y mazapanes acusa los estragos y lo más penoso de todo: afrontar la soledad de una casa en la que en días atrás estábamos entre diez y quince personas, con niños que lo alegraban todo y ahora está vacía, solitaria y triste. Llega la hora de las depresiones y el silencio, de sentir que los días son largos, muy largos en la soledad, contaremos los días que nos quedan para el siguiente acontecimiento familiar en el que podamos juntarnos de nuevo, y entre tanto este año para matar mi pena preparo un viaje a Tenerife donde saldré de la rutina diaria, conoceré nuevas gentes, haré nuevos amigos y acortaré la espera de ese mes de Mayo para vernos la familia juntos de nuevo.

Queridos amigos, si estáis en mi situación se que me comprenderéis, yo soy de las que disfrutan cuando la casa está llena, cuando las risas de los niños invaden la paz, cuando al hacer la labor de la casa vas tropezando con mil y una casas que permanecen esparcidas en un desorden alegre y feliz.

Viví la Navidad con mucha ilusión, regalos de Papá Noel y de los Reyes Magos, este año fui muy buena y se portaron bien con migo, yo también hice de Mamá Noel y regalé el boceto de mi libro a cada uno de mis hijos y hermanos, ellos celebraron el regalo de tres años de mi  trabajo.

Saludos amig@s y feliz año.

La nostalgia me supera, acompaño esta entrada con fotos del Belén que se monta en Burón, mi pueblo, una vista del pico de Burín, montaña emblemática de allí y la casa donde nací, casa con muchos siglos a sus espaldas y mucha historia vivida.