De Doñana nos dirigimos al Rocío; cuenta la leyenda que en
el siglo XV un cazador Gregorio Medina se acercó a Almonte para cazar y cuando
estaba en la Rocina su perro le alertó y en un matorral vio en el tronco de un árbol una pequeña
imagen de la Virgen, con mucho trabajo la coge para llevarla hasta Almonte pero
agotado se tumba a descansar, se duerme y al despertar ve que la imagen
desapareció y se pone a buscarla regresando al ligar en el que la encontró, la
encuentra en el mismo árbol. Regresa a Almonte contando lo sucedido y la
iglesia manda construir una ermita donde se encontró y ese mismo tronco hace de
peana para la imagen.
En 1587 Baltasar Tercero manda desde Lima 2000 pesos de
plata para mejoras de la ermita del Rocío y para una fundación; en 1760 es de
estilo Mudéjar Barroco y en 1964 se le da la apariencia actual.
Por las marismas hay tres caminos de tierra que usan las
diferentes hermandades para finalizar en la ermita del Rocío. Hay 116
hermandades filiales que todas ellas hacen ese recorrido por los caminos de
tierra, en todas ellas delante va “El sin Pecado” luego las carretas con los romeros o
peregrinos, otros a lomos de caballos o simplemente caminando, el camino es muy
duro y se suele hacer en tres días.
En un principio, allá por el siglo XIV se la llamó María de
las Rocinas y sus ropas son del estilo de los Aústrias. La peregrinación se
celebra por Pentecostés; los primeros en llegar tienen que ser la cofradía de
Almonte y también son los últimos en marcharse.
Por la tarde se reza el rosario y cuando el “Sin Pecado” de
la cofradía principal llega al altar mayor los almonteños saltan la verja para
sacar en volandas a su Virgen; son sobre las tres de la mañana cuando sale la
Virgen del Rocío de la ermita para recorrer las calles de la aldea acompañada
del fervor de la gente y portada por la hermandad de Almonte que es la
hermandad matriz desde el siglo XVI.
También se celebra el Rocío Chico el 18 de agosto
conmemorando la victoria de los almonteños sobre los franceses y se renuevan
los votos hechos en aquella época.
Cada fin de semana hay peregrinación al Rocío y cada siete
años en agosto se traslada la Virgen en procesión
a Almonte. Se la cubre con un capote al primer rayo de sol y la descubren en
Almonte al primer rayo de luna.
Desde el Rocío nos dirigimos a Matalascañas, en este lugar
hay 60 complejos hoteleros para acoger la demanda de turistas; pertenece a
Almonte y encontramos grandes dunas que se desplazan y con una vegetación que
se asienta sobre arena y sobrevive en ese suelo como son los pinos piñoneros.
Hay 35 kilómetros de costa con playas vírgenes; dentro del
agua en una playa de Matalascañas hay
los restos de una torre berberisca que con el terremoto de Lisboa quedó patas
arriba; la llaman “el tapón de Matalascañas” porque su base semeja un gran
tapón.
Por el recorrido que hicimos por el parque de Doñana nos
encontramos con puentes sobre la carretera y que son para el libre paso de los
animales salvajes de un lado para otro.
Amig@s, hasta una nueva entrada.
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