Hola amig@s; como cada año las fiestas llegan y se van, se
van con pesar para la gran mayoría de la gente, entre ellos toda la juventud
que aquí hay mucha y con ganas de fiesta y alegría sana; con alivio para
algunos de nosotros por que al vivir a 100 metros de la plaza y al lado donde
se montan los escenarios os podéis imaginar mis noches de vigilia, eso ya sin
sumar que al otro lado de la calle, justo en frente de casa tengo una peña de
ruidosos jovencitos con unas ganas impresionantes de juerga, menos mal que tan
solo son tres días en el año ( bueno tres días y como diríamos, después la torna
fiesta que son unos cuantos mas). Esto para los que ya no vivimos la noche nos
resulta un poco molesto pero siempre teniendo en cuenta que ahora les toca a
ellos, en otros tiempos fuimos nosotros los ruidosos por nuestras inmensas
ganas de vivir y disfrutar de la vida.
Las fiestas como cada año las comenzamos con una merienda de
parrillada en el poli deportivo, gentileza del ayuntamiento que con este acto
nos quiere preparar para los festejos que se avecinan y reúne para una tarde de
convivencia entre vecinos y amigos que acuden estos días a las casas del
pueblo, a todos se les recibe con los brazos abiertos y unos jugosos bocatas de
panceta o chorizos; porque bien reza el dicho castellano que “de la panza sale
la danza”.
Estas fiestas para mi tuvieron un significado muy especial,
el día cuatro mi nieto mayor cumplió sus 18 años, su mayoría de edad y el día cinco lo proclamaron caballero de las
fiestas junto con otros dos chicos y tres damas; fue un pasacalles muy bonito
el que hicimos recorriendo el pueblo, a los acordes de una “charanga” los
caballeros recogían a su paso a las damas, primero comenzó el caballero
infantil y seguido los otros tres, yo me emocioné viendo a mi nieto desfilar
todo elegante por las calles del pueblo en busca de su dama; después la proclamación
e imposición de las bandas que les acreditaban.
El sábado fiesta solemne con la inauguración de la exposición
de pintura, bolillos, vainicas y mercadillo de “Manos Unidas”, a esta exposición
dedicaré dos entradas por que el material se lo merece.
El domingo comenzó a las ocho de la mañana con el
tradicional pasacalles, en este pasacalles y en todo su recorrido se les saca
comida y bebida a la juventud que acompañados por una charanga pasean las
calles del pueblo bailando y contagiando su alegría a todos, esta es una tradición
que ya la había en Burón y que por lo tanto a los buroneses nos llega a el alma
el ver algo que fue muy nuestro trasplantado a estas tierras palentinas en las
que no hay esa costumbre. También hubo un homenaje a los jubilados como cada
año, este homenaje es bien merecido porque la gente mayor son los que escriben
con letras se sudor y esfuerzo, de alegrías e ilusiones y en muchos casos con
dolor la historia del pueblo y en este con mayor motivo al ser un pueblo joven,
un pueblo con pocos años de vida como tal.
Hoy lunes nos toca recuperar a la agotada juventud, lavar
las ropas de las peñas y guardarlas hasta el próximo año y devolver ropas y
cacharros a sus respectivos lugares de descanso hasta la próxima festividad.
Amig@s, seguiré en otra entrada con más cosas y por hoy ya
me retiro que yo también necesito el descanso del guerrero, no veáis las
batallitas que me tocó librar durante estos días.
Besotes
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