Gerid@s amig@s y seguidores del blog; después de un largo
verano en silencio aparezco por estos mundos para saludaros y comentar mi decisión.
Fue un verano en el que uno por mis ánimos que andaban bajos (de ahí el estar
tan apartada de este mundillo) y otro por que el trabajo de mi hijo requería mi
presencia para que a su regreso del trabajo encontrara todo dispuesto, fue para
él un verano estresante y mi deber como madre era permanecer a su lado; para
eso estamos las madres, para anteponer a nuestros deseos las necesidades y el bienestar
de los hijos.
Este verano tan solo cinco días estuve en Burón, los tengo
bien contados y claro esto para mí no alcanzó ni el grado de aperitivo pero ya vendrán
días mejores.
Lo que no falté fue el quince de agosto a postrarme ante
nuestra querida Virgen del Pontón, ese día es especial y quien se precie de ser
un buen buronés tiene que acudir, unos peregrinando caminando los 15 km. Que separan
la ermita del pueblo de Burón, se forman muchos grupos para salir a las ocho de
la mañana, cada uno con una intención diferente, unos con peticiones, otros con
agradecimientos y otros simplemente por seguir esa tradición de toda la vida. Otros,
los que el caminar nos está vedado o no les gusta vamos en los coches y claro
tenemos el cometido de llevar la merienda, la clásica tortilla, los filetes
empanados, etc. Por que es ley el comer por los alrededores de la ermita en
corrillos compuestos por las diferentes familias, mi corrillo era bien animado
y nutrido; se remata el día durmiendo una placida siesta tumbados en el prado
los que la necesitan que suelen ser casi toda la juventud porque la noche anterior
apuró bien la verbena de alguno de los pueblos cercanos en fiestas, los niños
trepan por las laderas en busca de “arándanos” que están bien ricos y los mas
traviesos se entretienen cogiendo renacuajos en el riachuelo, renacuajos que
pretenden que viajen a Madrid o Bilbao, o los distintos lugares de origen de
las familias pero mira por donde les suelen salir alas a los bichos y casi
todos escapan milagrosamente……. Jajajajaja.
Como podéis ver no es una gran basílica, es una pequeña
ermita con un caserío anexo enclavada en el puerto del Pontón (de ahí si
nombre) que comunica la provincia de León con la de Asturias. Es el lugar donde cada año los hijos de Burón
nos juntamos, nos saludamos efusivamente para seguido despedirnos hasta el próximo
año, todo esto en un mismo encuentro, pero es así, así lo encontramos y así lo
dejamos a las generaciones venideras.
Bueno amig@s, con esto me despido y espero que sea hasta
pronto, espero imponerme al desaliento y retomar esta comunicación que tanto
bien me hace.
Besotes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario