El viaje hasta Calahorra resultó entretenido por que hicimos
un recorrido pausado e interesante por distintos pueblos enclavados en el camino por la
comarca del Cidacos que es el nombre del rio que transcurre por la zona, todo
ello amenizado por las explicaciones de la simpática guía Ana; este río en época
estival y escasez de caudal desaparece durante unos 8 kilómetros. Pasamos entre
otros por los pueblos de Autol y Quel y la Vía Verde que parte desde Calahorra
a Arnedillo y nos acompañó durante todo el recorrido, esta Vía Verde transcurre
por la antigua vía del tren o trenecillo como los lugareños le llamaban y parte
de Calahorra con el kilometro cero y finaliza en Arnedillo después de 34 kilómetros
de un tentador y acogedor paseo.
A nuestra derecha vimos el macizo rocoso de Peñalmonte con
su frondoso monte de tejos reconocido como reserva de la biosfera; muy cerca de Arnedillo vimos un observatorio
del buitre en el que hay cámaras y con un poco de suerte se puede ver como
alimentan a los polluelos, es una zona donde abunda este ave y se ven grandes
bandadas surcando el cielo; también pudimos contemplar un gran rebaño de ovejas
"chamaritas" son una raza que se dedica a la cría del cordero y que
comentaron que es muy sabroso. Según nos vamos desplazando por la comarca se ve
como cambian los cultivos, dependiendo del terreno, pasamos del frutal y olivo,
pasando por el almendro hasta llegar a las cepas del reconocido vino Rioja, (en
sus comienzos en Herces) todas perfectamente alineadas para su cosecha con maquinas,
unas jóvenes pero otras se ven sus troncos ancestrales, llegando a pensar la de
generaciones que rozarían esas vides en busca
de su fruto; este cambio tan constante en el paisaje resulta interesante y
entretenido.
En las escarpadas montañas compuestas por arcilla y pequeñas
piedras nos encontramos con unas pequeñas cuevas, estas cuevas tienen su
historia, para unos datan de la primera época Cristiana en la que se escondían en
ellas de la persecución de los romanos; mas tarde las usaban como enterramientos
y para el culto, siempre oculto de las persecuciones, primero de romanos y
luego de los sarracenos, para luego pasar a ser viviendas hasta que la erosión
del terreno por las inclemencias del tiempo ya en época más cercana las fue
arruinando, y ahora las que aún se conservan las usan como corrales de animales
o como almacenes. Por los alrededores de Arnedillo hay abundantes huellas de
dinosaurios y representan una forma de turismo de senderismo para admirar las
huellas de la prehistoria.
Vimos a lo lejos la basílica de la Virgen de Vico patrona de
Arnedo.
En Arnedo abundan las rotondas y todas dedicadas a algo
destacado del pueblo o la comarca; en una está un tramo de vía de ese trenecito
que antaño tenían; en otra que da al polígono
colocaron un zapato gigante dedicado a la principal industria del calzado que
es la que mantiene la vida laboral muy
activa en la villa de Arnedo; también llama la atención la plaza de toros, es
una construcción modernista que se identifica por la escultura al toro de la entrada,
sino es esta pasaría desapercibida como tal coso taurino.
En la gastronomía a parte del vino y verduras de todo tipo
nos deleitan con los "fardelejos", estos son unos hojaldres rellenos
de almendra con azúcar y miel; en todos los pueblos por los que pasamos hay infinidad de fabricas conserveras de
vegetales; los champiñones son cultivados y conservados también en estos
pueblos en unos invernaderos oscuros y con la humedad constante y necesaria. En
Calahorra como buena cosechera de verduras se hacen cada año jornadas gastronómicas
derivadas de los vegetales; también los embutidos son de excelente calidad.
Cuando visito un lugar siempre pregunto por su gastronomía, eso dice mucho de
las gentes y sus costumbres.
En la villa de Autol y en el parque Cidacos (todos los
pueblos tienen un parque Cidacos más o menos vistoso, según la importancia del
pueblo) hay dos rocas de arenisca con una figura caprichosa por la erosión del
viento y las inclemencias del tiempo; estas rocas se las denomina "La
Picueza y el Picuezo" hay varias
leyendas sobre ellas y su figura se asemeja a una pareja dicen que de
enamorados convertidos en piedra por el diablo y que en los días de viento
susurran entre ellos. Estas fotos las tomé de la web porque íbamos viajando al
verlos.
Llegados a Calahorra lo primero es visitar la catedral, como
detalle curioso es que no está en el centro de la ciudad como siempre
encontramos todas; está en el lado del rio, en una zona llamada El Arenal, ¿el
por qué de esta situación? pues es que en el año 300 esta zona le tocó sufrir
la persecución romana al cristianismo renaciente, en esos años Calahorra estaba
tomada por Marco Flavio Quintiliano que la llamó Calaburris y persiguió a todo
el que era considerado cristiano, dos soldados cristianos llamados Emeterio y
Celedonio sufrieron el martirio de manos de los romanos y precisamente en el
lugar que hoy ocupa la catedral; en ella se conserva una columna donde les sacrificaron y que hoy se
transformó en pila bautismal. En principio se hizo una pequeña ermita y que a
lo largo de la historia fue tomando importancia edificándose primero un templo
para pasar a ser en 1500 la catedral que es hoy. Según accedimos a la catedral
descendiendo por una escalinata de piedra nos encontramos con un Cristo
crucificado de tamaño natural que antes coronaba la cúpula del retablo del
altar mayor; este Cristo fue hecho por
el escultor Juan Bascardo.
Del siglo XVI hay una capilla dedicada a San Pedro y su
retablo está hecho en su totalidad en alabastro, nuestro guía D. Ángel nos fue
dando la iluminación poco a poco y pudimos disfrutar plenamente de su transparencia
y su belleza.
Pasando por la girola de la
catedral se van viendo varias capillas, todas a cual más interesante, en
sitio preferente está la dedicada a los mártires Emeterio y Celedonio, con un
retablo y unas pinturas impresionantes pero que no reflejan la verdad del
martirio por que los verdugos representados eran de raza árabe, y sus armas también
son las equivocadas por que el martirio se lo infringieron los romanos, no los árabes.
Bajo el altar mayor se encuentran en dos urnas bellamente
engalanadas las reliquias de los dos mártires y que se sacan en todas las
procesiones que hace la catedral.
La sacristía está engalanada con grandes espejos
ornamentales, son del siglo XVIII y los grandes cuadros son varios y copias de
cuadros que están en el museo del Prado más otros originales de pintores navarros, en unas
vitrinas hay un arca sagrario que usan en el monumento de la Semana Santa. En
otra urna está la Custodia del Ciprés, es del siglo XV donada por Enrique IV y
que es una verdadera joya.
El claustro está inconcluso y su utilidad es recoger los
objetos de valor de otras iglesias riojanas que por uno u otro motivo se
cerraron por la despoblación de los pueblos, hay cantidad de imágenes y
retablos así como pequeños objetos y también monedas muy antiguas donadas por
un coleccionista.
Espero que este mi repaso por mi viaje a Calahorra os haga
sentir deseos de hacerlo vosotr@s mism@s, un besote y hasta mi próxima entrega.
Una entrada preciosa ,nos enseñas un reportaje fotografico y encima nos vas explicando, muchas gracias Mirva.
ResponderEliminarun bso.