Querid@s amig@s;
Fin de fiestas, de nuevo regresan a su descanso los
pastorcillos, en el habitual tapper gigante, envueltos en sus vestimentas de burbujas a
esperar un año más para que les saquemos y les demos su posición navideña, de
nuevo habrá portal, mula y buey y una pandilla de alegres pastores a pesar de
la conclusión a la que llegó Benedicto XVI.
Planchamos los primorosos manteles que salen una vez en el
año, en Navidad, y regresan a su cajón envueltos en su papel de seda.
¿Qué me decís de la vajilla? Otra vez a su vitrina hasta una
nueva celebración. En Navidad se hace por tradición todo un derroche de
esplendor en nuestras mesas para demostrar nuestra alegría por la llegada de
nuestros hijos y nietos que regresan por Navidad, vienen más veces en el año
pero sin tantos agasajos, Navidad es y será siempre especial.
Amig@s mi@s, regresamos a la normalidad, emprendemos la difícil
subida de la tan nombrada “Cuesta de enero”, como si en el resto del año no nos
toque subir cuestas tan pronunciadas como esta, pero con cuesta o sin ella, con
el cinturón más o menos apretado comenzamos un nuevo año, repleto de proyectos
y propósitos que espero y deseo poder lograr. Confío en la petición que ante mi
ramo leonés hice y espero tener PAZ, SALUD, AMOR Y TODO LO BUENO, petición que extiendo
para tod@s mis amig@s.
Besotes y bien venidas de nuevo al mundo de la aguja y el
dedal.
Que el nuevo año te traiga todo lo que le pides para ti y tu familia. Un besin
ResponderEliminar