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Amig@ mí@, cuando mi voz calle, cuando mis manos no recorran alegres el teclado, entonces mi corazón seguirá hablándote y tus ojos seguirán leyéndome.

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domingo, 20 de noviembre de 2011

MI PASO POR ARES

Playa de Ares y su largo paseo maritimo

Querid@s amigos del blog; fiel  a mis propósitos al abrir este blog paso a contaros mis andanzas por Ares (A Coruña) donde tuve la suerte de pasar dos semanas de descanso (productivo).
Ares es un municipio con 5265 habitantes en sus varias villas que lo componen.
En Ares hubo una fábrica de salazón de la que hoy se conservan sus instalaciones y sus aperos de trabajo convertido en un bar-museo en el que se está muy a gusto tomando un aperitivo y contemplando su historia a la vez.
El pueblo es de origen celta y se cree que hubo varios castros por la referencia a ellos que hay en la toponimia del lugar donde se repite la palabra “castro” muy a menudo,  aunque todos fueron espoliados en busca de tesoros imaginarios.
Por su enclave en la ría fue lugar muy codiciado por diferentes culturas;  los suevos en el siglo IX, los romanos, los ingleses en 1804, los franceses, los árabes. En la edad Media hubo una importante colonia judía, llegaron huyendo de la persecución de los Reyes Católicos; se asentaron al lado del mar para comerciar con la sal, del paso de estos por Ares queda en el dintel de una casa una estrella de David que perteneció  a su sinagoga.
A principios del siglo XX empiezan a regresar los emigrantes del pueblo que en otros tiempo se fueron a Cuba, fundan “Alianza Aresana de Instrucción” para la educación (hoy biblioteca),  empezaron a edificar en su pueblo unas casas ostentosas que dieran fe del poder adquisitivo que traían, las llamaban “casas de indianos” y que son como palacetes impresionantes. Entre las familias hidalgas del pueblo está la de “Baamonde” de la que desciende el General franco por línea materna y el escudo de armas está en una casa del pueblo.
Iglesia de Ares y monumento a la repartidora del periodico
La Iglesia es la de San José  y curiosamente tiene espadaña y una torre al lado, son varias las iglesias de Galicia que están con torre y espadaña. En el costado de esta iglesia hay un reloj-calendario de sol, regalo de un sacerdote italiano experto en esos relojes, que pasó por Ares y quedó prendado del lugar. Últimamente renovaron la plaza de los alrededores de la iglesia y colocaron un monumento a una vecina del pueblo de los años 50, Hermelinda que durante mas de veinte años vendió el periódico a la puerta de esta iglesia.
Sus construcciones son como ya dije los palacetes indianos, majestuosos, rodeados de vegetación, y  del resto lo que me llamó la atención es que las casas del pueblo todas tienen dos fachadas a dos calles y las pintan de colores vivos, colores que yo nunca pensaría para una fachada, también las construcciones mas antiguas  tienen grandes galerías acristaladas, así como caprichosas formas de  forja en sus ventanas y balcones.
En Ares hay una curiosa costumbre; en la festividad del Corpus todos sus vecinos se vuelcan en participación y fabrican unas artísticas alfombra de flores por sus calles, grandes y chicos, mujeres y hombres, pasan la noche anterior tejiendo esa alfombra según el diseño del ayuntamiento a su paso por su calle, unos hacen la alfombra y otros procuran el bienestar de los artesanos dándoles café y pastas para combatir el sueño y algunas veces el frio, pero todos a una trabajan para que al día siguiente se pasee el Santísimo sobre esa alfombra; personalmente un año que lo vi sentí gran pena al ver cómo tanto trabajo era pisado al día siguiente pero ellos tan felices del logro.
Si amigo@s esto es a grandes rasgos la historia de un pueblo precioso, historia que me proporcionaron unas amabilísimas trabajadoras del ayuntamiento, este sitio es acogedor y sus gentes muy familiares, donde os lo podéis pasar muy bien, es un lugar ideal para el descanso, donde el paso del reloj no tiene importancia, tan solo mirando su hora en el antiguo reloj de sol, te sientes como desplazado a esa época en la que el estrés no se conocía y hoy lo dejas aparcado por unos días, animaros a hacer una cura de relax en este bonito pueblo.

Playa de Estacas y los acantilados que la rodean

Yo en esta escapada, corta pero intensa, me sentí embriagada por ese aroma de mar, aspirando profundamente para sentir ese aroma calándome hondo, haciendo y  sintiéndome una sola en esa unión de cuerpo y mar, invadiéndome los sentidos.  ¡cuántas horas pasé escuchando su sonido! Me sentía como  mecida sobre sus olas, “el mar” si, para mí es como sentir que se acerca el amado susurrando en mis oídos esas palabras dulces que tanto nos gustan, es sentir y ver la inmensidad de lo infinito representado en un color tan dulce, dicen que el azul es color frio, para mi es el color de los colores, es el color sin fin. Sentada contemplando el mar en esa playa de Estacas hice infinidad de proyectos, la inspiración me acompañaba sobre la arena haciendo que en mi mente fluyeran formas y cosas a las que tengo que dar vida y otras a las que ya di paso, porque no fui mano sobre mano, por las tardes escribía.
Chic@s espero que con mi relato y mis fotos os animéis a hacer un alto en vuestras vidas y visitar Ares. Hasta pronto y besotes.